Poniendo al día un venerable Mac Mini

Como un boomerang tras un vuelo de varios años, cayó en mis manos de vuelta un Mac Mini modelo A1176. Este es un ordenador venerable, de 32 bits, nacido en 2006 y que, a sus 14 años, tiene ya mucho que contar.

El principal problema que tiene este adorable juguete es el software. Ejecutando como más moderno MacOS 10.6, no puede correr un navegador ni medio moderno (ya no digamos ni medio seguro). Y con sus anémicos 2 gigas de RAM apenas le da para, con una versión casi igual de venerable de VirtualBox, ejecutar un Linux (este sí, al día) en una máquina virtual.

¿Qué se puede hacer?

Total, que claramente necesitaba una puesta al día del hardware para poder ejecutar, al menos, MacOS X 10.7 («Lion») y, con ello, un sistema operativo de 64 bits, acceder a algo más de memoria (el límite son 4 GB, que tampoco es para emocionarse, pero ya da bastante más juego), y todo lo que de ello deriva.

En estos tiempos en que todo va soldado a la placa base y es inampliable y para reemplazarlo hay que cambiar el producto completo, es refrescante encontrarse un ordenador que no solamente aún permite cambiar el procesador, sino que permite cambiarlo por uno mucho mejor: Incorporando el juego de instrucciones amd64, mucha más memoria cache, algo más de frecuencia de reloj, posibilidad de direccionar más memoria… La combinación de todo ello hace que merezca la pena el rato de desmontar y montar. Así que, habiendo leído un interesante artículo al respecto en lowendmac, armado con la correspondiente guía de iFixIt, un procesador T7600 de un vendedor de eBay que desde entonces ha subido 15 dólares, pasta térmica, y 4 GB de RAM también por eBay (el máximo posible) a precio de derribo, me puse manos a la obra.

Hay que decir que lo más difícil de todo el proceso es abrir la carcasa, con sus innumerables pestañas de plástico, sin cargarse ninguna. Una vez hecho eso, aunque la arquitectura interna del chisme no favorece meterle mano, la cosa va bastante fluida. El zócalo del procesador es ZIF y solamente hace falta un destornillador vulgar para girar una cabeza de tornillo, sacar un procesador, y meter el otro. Pero no todo es trivial en informática, especialmente con los productos de Apple que no están pensados, dicho suavemente, para ofrecer flexibilidad a la hora de actualizar.

Para empezar, el ordenador se negará a arrancar si tiene instalada la nueva memoria y el nuevo procesador, pero no se ha actualizado el firmware; y para actualizar el firmware, es necesario tener ya instalado el nuevo procesador. O sea, que al final, lo que hace falta hacer y en este orden, es:

  1. Destripar y cambiar el procesador (y sólo el procesador)
  2. Arrancarlo y actualizar el firmware EFI a la versión «2,1».
  3. Volverlo a destripar y cambiarle/ampliarle la memoria.

Hasta aquí, todos contentos: Tenemos un Mac Mini con MacOS X 10.6 que va como un tiro comparado con cómo iba antes de empezar a meterle mano. Bien. Lo siguiente.

En mi caso, además, quería cambiarle el viejo disco mecánico de origen de 80 GB por un SSD moderno. Y, en este disco, hacerle una instalación limpia de Lion (MacOS 10.7) al disco SSD.

Instalar Lion es una decisión fácil: le funciona todo bien y hacerlo requiere poco trasteo. Pero poco no es lo mismo que nada. Es decir, que no es como si Apple hubiera, en su infinita sabiduría, decidido que oficialmente estos Mini corrieran Lion. Esto, en la práctica, significa que tal como viene en el DVD, no se puede instalar. ¿Y qué opciones hay? Bueno, varias.

Firewire

Hace unos años, cuando todos los Mac llevaban Firewire, tenían un modo llamado «FireWire target mode». Básicamente, arrancando mientras se mantenía pulsada la T, se convertían en un disco FireWire. Si disponemos de un Mac algo más moderno pero que aún tenga puertos FireWire, en el cual Lion acepte instalarse sin más, y de un cable FireWire, no hay más que arrancar el Mini en modo FireWire target y hacerle una instalación usando el otro Mac. Terminada la instalación, se desconecta y ambos Mac arrancan normalmente: El mini, ya con Lion.

Como yo no tenía ni un Mac más moderno con FireWire, ni un cable FireWire, me he tenido que contentar con hacer lo mismo con una máquina virtual.

Con una máquina virtual

Como necesitaba poder hacer la instalación en el disco que luego metería al Mini, ante todo me hice con una carcasa USB a SATA, destripando un viejo IOMega eGo que tenía por ahí.

  1. En otro Mac, en VirtualBox, he creado una máquina virtual a la cual he instalado Lion. En esta máquina virtual, he dejado el sistema «de libro»: Actualizado a la última versión de Lion (10.7.5) y con (ojo al truco) la pequeña modificación que hará que acepte arrancar en este Mini actualizado: Editando /System/Library/CoreServices/PlatformSupport.plist y añadiendo a la lista el identificador de esta máquina, <string>Mac-F4208EC8</string>. No ha sido idea mía; lo he visto en un foro de Insanely Mac.
  2. Hecho eso, he creado una segunda máquina virtual, Linux, a la que he añadido el disco con Lion, el disco SATA por USB, y en el CD de arranque una imagen viva de CloneZilla. Y he usado el CloneZilla para copiar el disco virtual en el SATA. Genial: En este punto, ya tengo un disco que arranca Lion. Ya lo podría montar en su sitio, pero antes voy a hacer otra cosita:
  3. Arrancar con el CD vivo de gparted y mover la última partición (que es la de recuperación, ocupa algo menos de 1 giga) al final del disco.
  4. Ahora ya sí puedo probar a arrancar el disco, poniéndoselo a la máquina virtual por USB y arrancando desde él. ¿Funciona? Genial; pues ahora conviene aprovechar para extender la partición del sistema a todo el espacio que haya. Esto se hace con Utilidad de Discos, o si nos apetece ver los detalles sucios, con diskutil resizeVolume.
  5. Bueno, pues si curiosamente todo ha ido bien hasta ahora, ya se puede apagar todo, desmontar el disco USB y montarlo en el Mini. Y si sigue yendo bien, el Mini debería arrancar.

Algún lector se preguntará: Bueno, ¿y por qué no simplemente crear la máquina virtual solo con el disco destino colgado por USB, y ahí instalar directamente?. Ah, pues porque no todo es tan fácil como parece. Al parecer, el instalador de Lion, o VirtualBox, o algún duende sexualmente insatisfecho por ahí en medio, ha decidido que la segunda fase de la instalación de Lion no vaya bien si se está haciendo en un disco USB 3.0; así que eso no funciona. No probé a usar un convertidor USB 2.0 a SATA, porque no tenía ninguno a mano, pero a lo mejor así funciona y se ahorra el baile de discos virtuales y particiones.

Con esto, aunque no es como para llamarlo un milagro, sí que se consigue darle una extensión a la vida de este simpático y venerable Mac Mini, un ordenador que, aunque todavía trae un lector/grabador de DVDs, ahora tiene un procesador medianamente al día, 4 gigas de RAM, y un sistema operativo menos desfasado que el que tenía.

Para darle algo más de utilidad, se puede instalar Firefox Legacy por ejemplo, con lo que tendremos criptografía al día y una base de código razonablemente fiable.

También se puede instalar Java 7, por ejemplo para correr Minecraft. Aunque Oracle, siendo Oracle, ahora requiere que uno se registre un usuario y le entregue su alma a Ellison solamente para descargar una versión que dejaron de mantener hace años. Pero bueno, es un trato y se puede tomar o dejar.

Venga, ya lo podemos volver a montar. Me pregunto dónde habrán ido a parar todos esos tornillos…

Mac Mini maqueado

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