linuxcnc en red

LinuxCNC funciona relativamente bien en red. Solamente los movimientos interactivos parecen necesitar acostumbrarse, porque el retardo que produce la red hace que si uno no tiene cuidado, estrelle la fresa contra un soporte o algo peor.

Lo único que me dio algo de guerra fue que, para que Axis corra sobre X, hace falta una librería. En toda la web de LinuxCNC no hay mención a la misma. Encontré una referencia en el foro de Rapberry Pi: Todo lo que hace falta para que Axis corra sobre X, es instalar libgl1-mesa-swx11.

 

Joomla, hasta aquí hemos llegado

Desde que el actual Joomla se llamaba Mambo y tuvo su cisma (dejando a Mambo prácticamente cadáver), momento en que adoptó su nombre actual, he estado resolviendo mis magras necesidades de gestión de contenidos con Joomla.

Durante todo este tiempo, he visto cómo en varias ocasiones sacaban versiones con bastantes partes reescritas sin mirar atrás, dejando a millones de usuarios atascados en una versión destinada a la obsolescencia y a los fallos de seguridad que nadie va a solucionar. La primera vez, de la versión 1.0 a la 1.5, lo justificaron por lo grande y bonito que iba a ser a partir de entonces. Pero cuando lo volvieron a hacer, para mí, perdieron toda credibilidad como una plataforma de futuro.

También he visto cómo cosas esenciales en cualquier sitio público quedaban resueltas solamente mediante software comercial, como por ejemplo en el caso de los famosos Backup y Admin Tools de Akeeba, que resolvían problemas básicos de funcionalidad y seguridad.

Durante todo este tiempo, WordPress ha ido creciendo y mejorando sin dejar colgados a sus usuarios en ningún momento. Entregando de serie lo básico en seguridad y funcionalidad, y yendo varios pasos por delante. Se podrían poner muchos ejemplos de esto, pero uno reciente, que llama la atención por lo que incrementa la seguridad y lo sorprendentemente bien que ha funcionado, fue introducir actualizaciones automáticas sin intervención.

Además, para alguien que no sabe más que lo imprescindible de maquetación en web, WordPress saca un resultado visualmente mucho más atractivo que Joomla invirtiendo el mismo esfuerzo, y la usabilidad de su interface de usuario es incomparable. Podría extenderme en la extraña filosofía de Joomla en varios aspectos como extensibilidad, ordenación del contenido, gestión de opciones… Pero eso sería rencoroso, y no le guardo, no le puedo guardar, ningún rencor a Joomla. Al fin y al cabo, han hecho un software, gratis, que yo he usado, gratis. ¿Cómo me voy a quejar?.

Así pues, gracias por todo, Joomla, pero me voy a un CMS mejor. La migración la he resuelto en un visto y no visto con el plugin FG Joomla to WordPress de Frédéric GILLES. Literalmente, el proceso es:

  1. Instalar WordPress
  2. Instalar el plugin
  3. Darle al plugin los datos de acceso a Joomla
  4. Darle al botón

Así de sencillo.

P.D.: Por fin puedo correr PHP 7.0 en este alojamiento. Cortesía del #TCPanel de Neodigit, el cambio es cuestión de un solo clic.

kits ferroviarios de latón

En Trenes H0, y en otras partes imagino, hay un tema recurrente sobre los kits de latón: Empezar. Queridos compañeros modelistas: lo primero que os tengo que decir es que es fácil. Oh, por supuesto hay piezas difíciles; habitualmente, las locomotoras lo son. Sin embargo, un vagón de dos ejes está al alcance de cualquiera que pueda cocinarse su propia comida. Y, al igual que con las comidas, el problema es: ¿Por dónde empezar?. Pues bien, hagamos como en la cocina (estancia que ha alumbrado no pocos vehículos ferroviarios de latón): Empecemos con los ingredientes.

  • Un kit de latón de buena calidad (ATF, Lacalle…) de un vehículo ferroviario de dos ejes.
  • Un soldador decente de potencia media.
  • Un soporte y una esponja de limpiar el soldador.
  • Decapante.
  • Aleación de soldar (se le suele llamar estaño por su componente principal).
  • Unas tijeras pequeñitas con la punta curva.
  • Un taco de lija fina.
  • Una mesa plana o tablero bien plano que se pueda churruscar, ensuciar, rayar…
  • Un paquete de pinzas de madera.
  • Un taco de madera o hierro bien paralelepípedo (o sea, con todas sus caras adyacentes a 90 grados)
  • Un tornillo de banco decente con mordazas tirando a planas.
  • Un cepillo de dientes viejo.
  • Un lugar bien ventilado.

Si nos ponemos exquisitos y lo queremos pintar, lo haremos en otro artículo.

Describiré brevemente estos elementos, con la idea de ayudar a decidir qué comprar.

En cuanto al soldador, yo uso un JBC 30S (24W) para la mayoría de las piezas, y un JBC 80S (95W) para las piezas grandes (que disipan el calor y necesitan, por tanto, más calor). Hay buenos modelistas que se apañan perfectamente solo con un soldador de unos 100W de punta fina. Es viable usar un soldador de una potencia intermedia, digamos de unos 50W, para todos los trabajos, hablando de kits sencillitos (por ejemplo, vagones de dos ejes) de escala H0 o menor. La recomendación universal es que sea un soldador de buena calidad, no uno de origen sospechoso comprado a dos euros en una gran superficie. Tampoco hay que volverse loco: El precio de los mencionados ronda, en el momento de escribir este artículo, los 25 y 75 euros respectivamente.

La esponja de limpiar el soldador suele venir con el soporte de soldador, que se vende conjuntamente con el mismo o por separado. Personalmente, utilizo un soporte JBC pero no uso la esponja ni el limpiador del mismo, sino una de ricitos (estilo nanas) que se ve en la parte inferior de la foto y que tiene las ventajas de no necesitar humedecerse, no bajar la temperatura de la punta, dejarla perfectamente limpia con solo «pinchar» un par de veces y costar dos pesetas. El soporte de soldador es un lujo; puestos a no gastar, se puede prescindir perfectamente. Solo hace falta un sitio donde dejar un pedacito de hierro que normalmente anda entre 300 y 400 grados de temperatura, de manera que en ningún momento huela a carne y/o a casa quemada. Aunque así descrito puede sonar peligrosísimo, es el mismo problema que el de los fuegos de cocinar, y el soldador es bastante más pequeño. Ojo al cable.

El decapante sirve para facilitar la soldadura. Alguien sabrá cómo lo hace; yo, no. Sí puedo decir que soldar con decapante es fácil y da buenos resultados. Sin decapante, es difícil. Así que lo uso y listo. El que tengo lo compré, si no recuerdo mal, en el departamento de fontanería de Leroy Merlín. Es de esperar que lo tengan en cualquier buen comercio del ramo.

La aleación de soldar, a veces llamada fundente o estaño, se presenta en forma de hilo en un rollito. Lo más frecuente es que contenga estaño, plomo y, a veces, plata; pero, debido a lo poco recomendable que es el plomo para el organismo humano, ahora se vende también sin él. Hay quien dice que la soldadura sin plomo es más difícil; yo no lo sé, porque aún me queda mucha soldadura con plomo, así que no me he puesto a averiguarlo. Uso estaño de electrónica, con alma de resina. Esto último no es imprescindible dado que usamos decapante, pero no me voy a poner a quitarla. Este es otro componente en que no conviene escatimar: La diferencia de un buen estaño a uno malo es considerable en resultado, pero no en precio. Cien gramos de hilo de aleación de estaño 60% – plomo 40% dan para hacer unos cuantos vagones, y cuestan cinco euros.

Tijeras… Qué vamos a decir. Que sean de buena factura, de esas chiquititas con la punta curva que hay en casi todos los cuartos de baño. Como las vamos a usar para cortar latón, si no son buenas se mellarán, cortarán mal, y habrá que comprar otras. Recuerda, querido lector: Nadie es lo bastante rico como para comprar demasiado barato.

El taco de lija fina tiene varias utilidades: Repasar las rebabas y aristas de las piezas de latón y servir de apoyo para hacer dobleces curvos (techos, calderas, guardabarros…) En rigor, debería ser lija de metales; en la práctica, como estamos trabajando con un metal bastante blando y en láminas bastante delgadas, sirve casi cualquiera. Inserta aquí el rollo sobre la calidad. Grano 300 por lo menos, mejor si es algo más, y esponja consistente.

La mesa, pinzas, taco y tornillo de banco tienen como misiones ayudar a plegar las piezas por donde sea necesario y sujetarlas mientras se suelda. En particular, es increíble lo útiles que son unas pinzas de madera que se venden a un euro las cuatro docenas (aunque, como siempre, mejor una docena por el mismo precio si son de mejor calidad). Las pinzas se desmontan y tallan al vuelo sin remordimiento para sujetar o doblar partes difíciles y, cuando están muy churruscadas, aún sirven para alimentar la chimenea de la casa del pueblo o para ayudar a encender la locomotora de verdad. Huelga decir que las pinzas de plástico, tanto de ropa como de bricolaje, no sirven: En cuanto se calientan un poco, se derriten.

El cepillo de dientes sirve para lavar el modelo tras cada sesión. No tras cada soldadura, sino antes de guardarlo para continuar otro día. Esto es necesario porque los restos de decapante son perjudiciales para el metal, así como para el acabado, y deben ser retirados. Yo ahora uso un limpiador ultrasónico, que es más cómodo (llenar, poner el chisme dentro, y darle al botón) y llega a todos los rincones; pero para empezar, dista mucho de ser imprescindible. No hay ninguna contraindicación para usar un cepillo de dientes ya desechado para su primera función, siempre que le quede algo con que rascar.

Con este sencillo taller, que nos puede haber costado lo que uno o dos kits de vagón de dos ejes, podemos ponernos a funcionar.

 

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Flash, publicidad, y las cosas caras

Leo en http://www.elmundo.es/elmundomotor/2012/04/13/coches/1334319676.html que Mazda pretende vender exclusivamente por Internet una versión de su clásico, el MX-5.

El coche me gusta, la capota dura me parece irrenunciable en los tiempos que corren, y me he dispuesto a verificar si lo venden con cambio automático. Llámenme hereje, pero no vuelvo a hacer con el pie izquierdo el trabajo que corresponde a una máquina. ¿Y qué me encuentro?

Que la web en la que Mazda pretende vender su coche, está hecha en Flash. Exclusivamente. O flash, o nada.

Yo no sé si Mazda (España) no se ha enterado, pero vamos a refrescar la memoria: Flash está muerto. Sí, muerto. Su declaración oficial de enfermo terminal fue la presentación del iPad original por parte del difunto Steve Jobs, que ya ha llovido: Dos años y pico, en el momento de escribir esto.

Por supuesto, me he quedado sin saber si me interesaba o no. No me interesa comprar un coche a una organización que hace las cosas tan con los pies. ¿Qué será lo siguiente? ¿Que lo entreguen sin ruedas?

Ahora, vamos a darle otra vuelta más de tuerca a la cosa.

El Maxda MX-5 lo compra un tipo de gente muy concreto: Gente a la que le gustan las cosas bien hechas, con estilo, y un punto juguetón. Gente que tiene no pocas cosas en común con la que compra ordenadores Apple. O iPads. Como yo. Como muchos. ¿Es posible tirar piedras contra el propio tejado con más puntería?

Lo desastroso es que no es un caso aislado. Mercedes-Benz, flash. BMW, flash. Hasta Peugeot (que Dios me perdone), flash.

¿Y luego se quejan de que no se venden coches?

Por mí, se los pueden confitar. Lo que me rebela, y me da que escribir con toda la mala leche de que dispongo en sábado por la tarde, es que luego pretenden vender sus productos como iconos de modernidad, como la última tecnología. ¡Pero si la mayoría de los coches del mercado ni siquiera llevan un navegador mejor que el que se puede comprar en la tienda de la esquina por cien pavos! ¡Si los fabricantes europeos llevan cuarenta (cuatro cero) años (siendo muy generosos y pensando que la crisis del 73 fue la primera señal) de retraso en implantar motores alternativos al hidrocarburo! ¡Pero si hasta la tecnología del anuncio está difunta! ¿Cómo pretenden justificar lo injustificable? ¿Quemando más y más dinero en la máquina de marquetin? ¿No se dan cuenta de que así no se va a ninguna parte, de que es una forma pro-crisis de hacer las cosas, todo cáscara y nada chicha?

En fin. Sector. Si Siemens levantara la cabeza… .

Torno de fortuna

Resulta que alguien, sin intención pero con toda la mala leche de sus dos años y medio, rompió el eje de su locomotora de madera favorita. Y, en un giro de los que solamente se toleran a los niños pequeños y a la administración pública española, resulta que el que lo tiene que arreglar soy yo.

Total, que para hacer un eje con una forma especial, hace falta un torno. Como todo el mundo sabe. Y, no teniendo ninguno pero siendo de natural manitas, me he hecho uno de fortuna.

Se aprecia a simple vista que no hago ningún intento de medir el corte de la herramienta ni tan siquiera mantenerla a una altura de trabajo decente; aún así, para lo que se trataba de hacer, fue suficiente y costó minutos ponerlo a funcionar. Dedicando media tarde, podría hacerse algo bastante apañado… Pero ya no sería «de fortuna».

Como se ve en la foto, todo es poner un taladro de mano en un soporte vertical y seguidamente «horizontalizar» dicho soporte. Después, se busca un tarugo de madera que quede a la altura del eje del taladro (y por tanto, de la pieza) y una lima de juego del Carrefuns de liquidación a la desesperada por un par de euros seis limas, que tenga algo de punta. Y ya está; la lima, en adelante denominada pomposamente «herramienta de corte», se sujeta con un dedo contra el tarugo de madera mientras se presiona ligeramente contra la pieza; el gatillo del taladro se maniobra con la otra mano, siendo posible, pero no recomendable, usar la función de bloqueo del mismo.

 

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Mis historias con la banca

Una cuenta y una tarjeta de crédito. Hasta ahí, más o menos me ha ido bien. Claro que hay que estar al tanto para que no empiecen a aparecer comisiones aquí y allá como gorrinos en campo de trufas; pero limitándonos a estos sencillos productos, los bancos, en general, me han parecido razonablemente aceptables. Cuando funcionan como bancos, claro; pero de hacer negocios con bancos como proveedor o como «socio» mejor hablo en otra ocasión, que hoy tengo el día tranquilo.

Las cosas se empiezan a torcer cuando uno empieza a intentar ir a productos algo más sofisticados. Por ejemplo, una hipoteca. No es que sea la gran complicación, conceptualmente: Mire, señor bancario, esta es la casa. Vale tanto, según una tasadora independiente. La he comprado por tanto. Intereso de su entidad un préstamo hipotecario de tanto para sustituír (subrogar, o como se diga) al que tengo, que me parece caro. Sencillo, ¿no?.

Pues no. Resulta que la vida no puede ser tan sencilla. Es sabido que la humanidad se divide en gente buena, gente mala y gente que, cuando se siente parapetada tras una corbata o tras un centro de llamadas, caen por el abismo de su miseria. Y en la banca, estos últimos, abundan.

Hace poco interesé de una entidad cuyo nombre no tengo muy claro, porque empezó siendo CaixaGalicia, luego fue NovaCaixaGalicia y luego NovaGaliciaBanco, o algo así, una hipoteca que tenían en oferta. No hacemos subrogaciones, me dijeron. Bueno, hagamos los números con cancelación y nueva hipoteca y veámoslo, les dije. Vale, me dijeron. Mándeme toda su vida y milagros y el nombre de su bisabuela materna, junto con un certificado de cristiano viejo expedido por un cura que no le conozca de nada. Y obediente, tras muchas horas de trabajo, conseguí juntar toda la documentación. Que estaba todo, me dijeron. Mándesenos la tasación así y asao. Vale, tomen, la tasación así y asao, dije e hice. ¡Ay! vaya, no vamos a poder hacerle la hipoteca porque la casa está fuera de normativa. ¿Mande? Bueno, sí, está fuera de normativa como es normal que ocurra en una casa que es más antigua que la normativa. Bueno, me dicen; es que no hacemos hipotecas de casas fuera de normativa. Pero bueno, quizá en otra ocasión…

Miren, en otra ocasión, nada. En España hay suficientes bancos como para que los que me han hecho alguna frutada no los tenga que volver a ver. Por otra parte, ¿ustedes saben la diferencia entre una casa fuera de normativa y una casa ilegal?. Bueno, me dijeron, es que nuestro departamento legal… Su departamento legal, claro. ¿Dónde estaba su departamento legal cuando sucedieron todas esas cosas que acabaron desembocando en que a su digna entidad la tuviera que intervenir el Banco de España?¿Esos mismos genios son los que han decidido que, tras pasarme horas preparando papeles, no les interesa la operación por esa idiotez?¿Son ustedes tan incompetentes como parece, o solamente representan un papel?. Bueno, la entidad está intervenida, así que la primera hipótesis parece la más probable.

La Caixa. Bueno, claro que le ofrecemos una hipoteca. Además, es muy rápido y sencillo. Vamos a ver papeles, cifras, datos… Perfecto, sin problema. El martes fijamos fecha para firmar. Llega el martes… Bueno, es que ayer nos enviaron una circular y ya no podemos firmar hipotecas. Vamos a ver, capullitos de alhelí. Cuando se acuerdan unos términos para efectuar un contrato, es de recibo que se firme ese contrato en los términos acordados. Y si no les conviene, pues no empiecen. Y si quieren que sus empleados pierdan el tiempo en negociar cosas que no se van a firmar, ustedes verán. Pero mi tiempo, no. Mi tiempo lo aprecio más que todo eso. Así que el resto de mi negocio con ustedes, particular, empresa y todo, se irá tranquila pero inexorablemente a intentar encontrar un banco algo más honorable. Infructuosamente, quizá, pero al menos a un banco que no me haya hecho aún ninguna.

¿Y la generosa oferta de Bankinter por ser un valorado cliente? Bueno, euribor mas tres puntos y pico, con un descuento hasta euribor mas uno sesenta (o sea, mucho más caro que cualquier banco por Internet) si les contrato un seguro de vida por la totalidad del crédito, por supuesto a su aseguradora, y bajo sus condiciones y uno de hogar, y dése prisa porque empezamos a hablar de euribor mas 1,25 y ya vamos por euribor mas 1,60… Miren, no, gracias: Primero, porque eso de que su oferta sea un blanco móvil me parece, cuando menos, deshonesto con sus clientes. Además, aún me acuerdo de su brillante asesoramiento en cuestión de fondos de inversión. Así que su valorado cliente se va a llevar poquito a poco y sin ruido su negocio a otro lado. Como digo más arriba, en España hay bastantes bancos como para decir hasta nunca a unos cuantos.

Así que aquí sigo, en la entidad del señor Botín (el otro). Que es caro, muy caro, y aparatoso, muy pesado de mover, su banca por Internet es, digamos piadosamente, manifiestamente mejorable, y su cultura corporativa apesta; pero al menos la oficina con la que trabajo es de una amabilidad exquisita y claramente hacen todo lo que está en su mano, y alguna de sus muchas filiales, de cuando en cuando, me compra algo. No cuento en este cómputo a Banesto y especialmente a cierta filial suya, porque si lo hago vomito, pero esa es otra historia.

Mientras todos estos bancarios le dan vueltas y vueltas a ver si tienen la deferencia de rapiñarle a uno unos cientos de miles de euros a lo largo de los próximos años, vamos a recordar a qué se han estado dedicando estos años pasados. Estos años pasados han estado dando a cualquier iletrado que entraba por su puerta un crédito hipotecario por más importe que lo que valía la propiedad que se trataba de hipotecar. Las cajas han estado al servicio de los políticos locales, bastantes de ellas con los resultados que son de esperar cuando se juntan caciques locales con delirios de grandeza con un montón de pasta que no pueden llevarse en carretilla, pero que sí han podido convertir en megalómanos e inútiles monumentos a la gilipollez. Pues estos son los que ahora se remilgan tanto, los cómo-se-atreve-usted-a-pedir-una-hipoteca de ahora, los que hacen perder el tiempo y la paciencia a gente que interesa de ellos una operación totalmente razonable, como atestigua el hecho de que al banco más cauto del país le ha interesado sin dudarlo. ¿Y a esa recua de iletrados e incompetentes hay que ayudarles porque los pobrecitos míos tienen problemas?. Queridos bancarios: Si no sabéis llevar un banco, a la puta calle todos. Ya aparecerá quien sepa. Pero iros a plantar patatas, y dejad el camino libre a quienes tengan más ganas de trabajar y sean más responsables, más metódicos, más respetuosos… En definitiva, más profesionales que vosotros.

 

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Maternidad

Empezaré reconociendo que mi experiencia en el asunto es de segunda mano, por cuestiones biológicas de lo más entendibles. Pero como estas líneas van dedicadas a una potencial madre, creo que le resultarán más cercanas que si titulara y, siendo consecuente, hablara de paternidad.

Se puede elegir entre los motivos egoístas y los de la más espiritual generosidad a la hora de buscar la justificación a procrear. Como el cínico que soy, pienso que todo el mundo elige el egoísmo y promulga la generosidad. La naturaleza humana en pleno funcionamiento.

Hay pocos motivos básicos por los que tener descendencia. Cada uno tiene su parte de pragmatismo, hedonismo, elevados ideales y el más puro egoísmo, en proporciones variables:

  • Es una experiencia inigualable el embarazo, especialmente a una edad en que ya no se cree en los reyes magos. Pocas cosas, si alguna, van a hacer tanta ilusión como hacer un bebé.
  • Los niños son un coñazo de cuidar, pero el escaso tiempo al final del día en que miran a los ojos de uno y sonríen, lo compensan todo (al menos, hasta que se vuelven a cagar).
  • Los niños, si se invierte el esfuerzo necesario en educarlos, se convierten en adultos de los que estar orgulloso, que además serán útiles para ayudarnos en la vejez, y en particular para aportarnos el último chute de ilusión que conoceremos: Los nietos.
  • En el caso de la futura mamá a la que dedico el artículo, sería una gran pérdida que alguien de tamaña calidad humana no esparciera sus genes.

Se dice que un niño te cambia la vida. Como el maestro Cervantes, aborrezco y desprecio este tipo de píldoras de filosofía de la vida simplificada, y hasta encuentro en el tuteo un agravante. Pero hay que reconocer que sintetizan (excesivamente) cuestiones que merecen un análisis.

Los niños tienen unas necesidades y un horario. Ambas cosas se pueden cubrir con mejor fortuna si se dispone de recursos, especialmente de ingenio. Por supuesto que tener un par de bebés limita las posibilidades de salir de copas improvisadamente. Pero se pueden hacer muchas cosas de las que tenemos por costumbre.

Por ejemplo, se puede salir a cenar sin mayores problemas, siempre que se elija un sitio razonablemente tranquilo y espacioso. Mi restaurante japonés favorito, por ejemplo, ha visto dormirse a mi bollote mayor, Jorge, en su hamaquita, casi tantas veces como he pedido mi sushi favorito. La semana anterior a la de escribir este artículo, mis dos bebuchotes conocieron un restaurante mexicano que hay en la calle Enrique Granados de Pozuelo. ¿Se puede tener una cena tranquila? Bueno, relativamente. ¿Merece la pena? Claramente.

Esta mañana, hemos ido a Cuatro Vientos, a ver los aviones de la FIO. Papá, como un solo hombre, con dos bebés. ¿Igual que ir solo? Bueno, no. ¿Disfrutable igualmente? Sin duda.

Podría seguir poniendo ejemplos hasta que se agotara la batería del iPad. En resumen, el tener nenes no lo convierte a uno (perdón, a una) de repente en una señora malhumorada, mal pintada y gritona. No. Cada uno es el tipo de padre que elige ser, y puede hacer una vida de lo más conciliada, como está de moda decir ahora. Y se podía antes de que se pusiera de moda la palabra, y se podrá cuando deje de estarlo. Solo hay que usar el ingenio, el sentido común y tener una idea clara de lo que se quiere.

Qué decir de lo satisfactorio que resulta enseñar a los peque cosas y ver cómo las van aprendiendo: Palabras, juegos, comportamientos… Son la consola de juegos definitiva, el lienzo infinito con ideas propias, un planeta entero por esculpir. La tarea es tan apasionante que mucha gente se dedica a ella profesionalmente.

Así pues, deja, querida, que tus genes y tu reloj biológico campen por sus respetos. Elige bien a tu pareja y, si más adelante encuentras que no estaba tan bien elegida, no te preocupes: Siempre hay un cosido para un roto. Solo tienes que tener claro tu proyecto de familia y trabajar por él.

 

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Los profes, los recortes y las manifestaciones

Inauguro con este una serie de artículos que tengo la intención de publicar, de cuando en cuando (cada varios días, o varios años) hasta que alguien me pegue un tiro por uno de ellos.

Leo hoy en El Mundo (mi periódico favorito por su sexualidad compulsiva, o sea, por lo mucho que da por culo) que los profes se manifiestan contra los recortes de Aguirre en la CAM. Y veo una foto acompañando al artículo, en la que se puede leer una pancarta: «We (corazón) escuela pública».

Afortunadamente para los que aún creemos algo en los Reyes Magos, la escuela pública no es tan cateta, cutre e inculta como el que escribió la pancarta. Vamos a ver, hijo mío: ¿Se te ocurre alguna forma mejor de gritar a los cuatro vientos que ganas más que lo que vales como profe que ese exabrupto semibarbárico? Y, por otra parte, ¿alguien ha dicho algo en contra de la escuela pública? Creo que hasta ahora, lo único que se ha hablado es de que los profes, que están entre los mejor pagados del mundo se mire como se mire, curren un poco más. ¡Ni siquiera se ha hablado de ajustar sus salarios!

En fin. Seguimos siendo las dos Españas: A mí me parece mal todo lo que haga el vecino, pero de lo que hago mal yo, que ni se hable, ¿eh?. Que no vea el pronto que tengo cuando me cabreo.

 

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Cambio al tipo 1

Se suele decir que existen tres tipos de moteros:

  • Los que, en algún momento, se han pegado una buena leche.
  • Los que, en algún momento, se la van a pegar.
  • Los que, en este preciso momento, se la están pegando.

El viernes 12 de Agosto de 2011, pasé al primer tipo, rompiéndome un hueso por primera vez en mi existencia. Fue en una rotonda de Pozuelo mal hecha (contraperaltada) que tenía tierra y justo cuando acababa de caer un chaparroncillo. Cuando me quise dar cuenta de lo que pasaba, ya estaba en el suelo.

Me atendieron dos simpáticos colegas moteros, pareja ellos, que pasaban por allí. Iban en camiseta de tirantes y me pareció que mis no triviales daños llevando ropa y guantes de motero en una caída de no mucha importancia les debió dar que pensar. Fueron muy amables y llamaron a emergencias para que vinieran a parchearme un poco.

Aparecieron en menos de lo que se tarda en contarlo una ambulancia de protección civil (por cierto, diagnóstico erróneo, jovencito: Sí que tenía un hueso roto, y además el típico) y la policía local, que hizo sus comprobaciones de rigor.

La moto, siendo alemana, no sufrió grandes daños. Aunque, no estando preparada para caerse, se dobló el pedal del cambio y se atascó. Como no me apetecía ponerme a llevar la moto y ver si la podía arreglar en casa, burguesamente llamé a BMW y se la llevaron al taller.

Y aquí estoy, haciendo la tonelada y media de papeles que hay que hacer cuando uno se la pega. Esta mañana llamé a mi mutua (Ibermutuamur) para preguntar si se los podía mandar por correo electrónico y me respondieron que sí tienen correo electrónico… Pero como no tengo ningún «tramitador» (sic) asignado, que no me pueden dar ninguno; que se los envíe por fax o por correo ordinario. Me pregunto si le dijeron lo mismo a aquel (¿Felipe II? ¿Carlos III?) que se despachó con un «no quiero en mis ejércitos gitanos, murcianos ni gentes de mal vivir».

 

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Vagón frigorífico

Ayer recibí los dos vagones frigoríficos en kit que encargué a un co-forero de Forotrenes. Vienen con un chasis K-Train de plástico; la caja es de latón y, en un primer vistazo, tiene todo bastante buena pinta. Me llama la atención que el desarrollo de los laterales de la caja es de una sola pieza. ATF y Lacalle lo hacen en dos. Me parece mejor porque, aunque plancha y paquete son más grandes, se ahorra una soldadura en una esquina que, de quedar mal, canta como la Castafiore. Viene con enganches de lazo, que ya he decidido no usar: Cuando me ponga en serio a hacer una maqueta para circular trenes, compraré una bolsa o dos de enganches Märklin y casi con seguridad enganches automáticos para las locomotoras y algún vehículo especial, como por ejemplo, un Talgo en caso de que me de por comprarlo.

Eso sí, se van a tener que ir a la cola mientras acabo con lo que tengo ya esperando: Furgón de dos ejes (ATF para Forotrenes), Verraco (ATF), furgón de bogies (ATF) y coches auxilio de dos ejes (Lacalle para Forotrenes). Espero que este verano sea productivo, porque en un ataque de furia compratrenes también tengo encargadas «diez o doce» tolvas Motherwell (Lacalle para Forotrenes), dos furgones ex-Norte DIV 62100 (AAF de Algeciras en Forotrenes), un tractor 306 (rodrevil en Forotrenes) y no dejaré pasar un kit de conversión de Pacific Maffei alemanas a la versión MZA (Forotrenes) aún en preparación.

 

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