Mis historias con la banca

Una cuenta y una tarjeta de crédito. Hasta ahí, más o menos me ha ido bien. Claro que hay que estar al tanto para que no empiecen a aparecer comisiones aquí y allá como gorrinos en campo de trufas; pero limitándonos a estos sencillos productos, los bancos, en general, me han parecido razonablemente aceptables. Cuando funcionan como bancos, claro; pero de hacer negocios con bancos como proveedor o como «socio» mejor hablo en otra ocasión, que hoy tengo el día tranquilo.

Las cosas se empiezan a torcer cuando uno empieza a intentar ir a productos algo más sofisticados. Por ejemplo, una hipoteca. No es que sea la gran complicación, conceptualmente: Mire, señor bancario, esta es la casa. Vale tanto, según una tasadora independiente. La he comprado por tanto. Intereso de su entidad un préstamo hipotecario de tanto para sustituír (subrogar, o como se diga) al que tengo, que me parece caro. Sencillo, ¿no?.

Pues no. Resulta que la vida no puede ser tan sencilla. Es sabido que la humanidad se divide en gente buena, gente mala y gente que, cuando se siente parapetada tras una corbata o tras un centro de llamadas, caen por el abismo de su miseria. Y en la banca, estos últimos, abundan.

Hace poco interesé de una entidad cuyo nombre no tengo muy claro, porque empezó siendo CaixaGalicia, luego fue NovaCaixaGalicia y luego NovaGaliciaBanco, o algo así, una hipoteca que tenían en oferta. No hacemos subrogaciones, me dijeron. Bueno, hagamos los números con cancelación y nueva hipoteca y veámoslo, les dije. Vale, me dijeron. Mándeme toda su vida y milagros y el nombre de su bisabuela materna, junto con un certificado de cristiano viejo expedido por un cura que no le conozca de nada. Y obediente, tras muchas horas de trabajo, conseguí juntar toda la documentación. Que estaba todo, me dijeron. Mándesenos la tasación así y asao. Vale, tomen, la tasación así y asao, dije e hice. ¡Ay! vaya, no vamos a poder hacerle la hipoteca porque la casa está fuera de normativa. ¿Mande? Bueno, sí, está fuera de normativa como es normal que ocurra en una casa que es más antigua que la normativa. Bueno, me dicen; es que no hacemos hipotecas de casas fuera de normativa. Pero bueno, quizá en otra ocasión…

Miren, en otra ocasión, nada. En España hay suficientes bancos como para que los que me han hecho alguna frutada no los tenga que volver a ver. Por otra parte, ¿ustedes saben la diferencia entre una casa fuera de normativa y una casa ilegal?. Bueno, me dijeron, es que nuestro departamento legal… Su departamento legal, claro. ¿Dónde estaba su departamento legal cuando sucedieron todas esas cosas que acabaron desembocando en que a su digna entidad la tuviera que intervenir el Banco de España?¿Esos mismos genios son los que han decidido que, tras pasarme horas preparando papeles, no les interesa la operación por esa idiotez?¿Son ustedes tan incompetentes como parece, o solamente representan un papel?. Bueno, la entidad está intervenida, así que la primera hipótesis parece la más probable.

La Caixa. Bueno, claro que le ofrecemos una hipoteca. Además, es muy rápido y sencillo. Vamos a ver papeles, cifras, datos… Perfecto, sin problema. El martes fijamos fecha para firmar. Llega el martes… Bueno, es que ayer nos enviaron una circular y ya no podemos firmar hipotecas. Vamos a ver, capullitos de alhelí. Cuando se acuerdan unos términos para efectuar un contrato, es de recibo que se firme ese contrato en los términos acordados. Y si no les conviene, pues no empiecen. Y si quieren que sus empleados pierdan el tiempo en negociar cosas que no se van a firmar, ustedes verán. Pero mi tiempo, no. Mi tiempo lo aprecio más que todo eso. Así que el resto de mi negocio con ustedes, particular, empresa y todo, se irá tranquila pero inexorablemente a intentar encontrar un banco algo más honorable. Infructuosamente, quizá, pero al menos a un banco que no me haya hecho aún ninguna.

¿Y la generosa oferta de Bankinter por ser un valorado cliente? Bueno, euribor mas tres puntos y pico, con un descuento hasta euribor mas uno sesenta (o sea, mucho más caro que cualquier banco por Internet) si les contrato un seguro de vida por la totalidad del crédito, por supuesto a su aseguradora, y bajo sus condiciones y uno de hogar, y dése prisa porque empezamos a hablar de euribor mas 1,25 y ya vamos por euribor mas 1,60… Miren, no, gracias: Primero, porque eso de que su oferta sea un blanco móvil me parece, cuando menos, deshonesto con sus clientes. Además, aún me acuerdo de su brillante asesoramiento en cuestión de fondos de inversión. Así que su valorado cliente se va a llevar poquito a poco y sin ruido su negocio a otro lado. Como digo más arriba, en España hay bastantes bancos como para decir hasta nunca a unos cuantos.

Así que aquí sigo, en la entidad del señor Botín (el otro). Que es caro, muy caro, y aparatoso, muy pesado de mover, su banca por Internet es, digamos piadosamente, manifiestamente mejorable, y su cultura corporativa apesta; pero al menos la oficina con la que trabajo es de una amabilidad exquisita y claramente hacen todo lo que está en su mano, y alguna de sus muchas filiales, de cuando en cuando, me compra algo. No cuento en este cómputo a Banesto y especialmente a cierta filial suya, porque si lo hago vomito, pero esa es otra historia.

Mientras todos estos bancarios le dan vueltas y vueltas a ver si tienen la deferencia de rapiñarle a uno unos cientos de miles de euros a lo largo de los próximos años, vamos a recordar a qué se han estado dedicando estos años pasados. Estos años pasados han estado dando a cualquier iletrado que entraba por su puerta un crédito hipotecario por más importe que lo que valía la propiedad que se trataba de hipotecar. Las cajas han estado al servicio de los políticos locales, bastantes de ellas con los resultados que son de esperar cuando se juntan caciques locales con delirios de grandeza con un montón de pasta que no pueden llevarse en carretilla, pero que sí han podido convertir en megalómanos e inútiles monumentos a la gilipollez. Pues estos son los que ahora se remilgan tanto, los cómo-se-atreve-usted-a-pedir-una-hipoteca de ahora, los que hacen perder el tiempo y la paciencia a gente que interesa de ellos una operación totalmente razonable, como atestigua el hecho de que al banco más cauto del país le ha interesado sin dudarlo. ¿Y a esa recua de iletrados e incompetentes hay que ayudarles porque los pobrecitos míos tienen problemas?. Queridos bancarios: Si no sabéis llevar un banco, a la puta calle todos. Ya aparecerá quien sepa. Pero iros a plantar patatas, y dejad el camino libre a quienes tengan más ganas de trabajar y sean más responsables, más metódicos, más respetuosos… En definitiva, más profesionales que vosotros.

 

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Maternidad

Empezaré reconociendo que mi experiencia en el asunto es de segunda mano, por cuestiones biológicas de lo más entendibles. Pero como estas líneas van dedicadas a una potencial madre, creo que le resultarán más cercanas que si titulara y, siendo consecuente, hablara de paternidad.

Se puede elegir entre los motivos egoístas y los de la más espiritual generosidad a la hora de buscar la justificación a procrear. Como el cínico que soy, pienso que todo el mundo elige el egoísmo y promulga la generosidad. La naturaleza humana en pleno funcionamiento.

Hay pocos motivos básicos por los que tener descendencia. Cada uno tiene su parte de pragmatismo, hedonismo, elevados ideales y el más puro egoísmo, en proporciones variables:

  • Es una experiencia inigualable el embarazo, especialmente a una edad en que ya no se cree en los reyes magos. Pocas cosas, si alguna, van a hacer tanta ilusión como hacer un bebé.
  • Los niños son un coñazo de cuidar, pero el escaso tiempo al final del día en que miran a los ojos de uno y sonríen, lo compensan todo (al menos, hasta que se vuelven a cagar).
  • Los niños, si se invierte el esfuerzo necesario en educarlos, se convierten en adultos de los que estar orgulloso, que además serán útiles para ayudarnos en la vejez, y en particular para aportarnos el último chute de ilusión que conoceremos: Los nietos.
  • En el caso de la futura mamá a la que dedico el artículo, sería una gran pérdida que alguien de tamaña calidad humana no esparciera sus genes.

Se dice que un niño te cambia la vida. Como el maestro Cervantes, aborrezco y desprecio este tipo de píldoras de filosofía de la vida simplificada, y hasta encuentro en el tuteo un agravante. Pero hay que reconocer que sintetizan (excesivamente) cuestiones que merecen un análisis.

Los niños tienen unas necesidades y un horario. Ambas cosas se pueden cubrir con mejor fortuna si se dispone de recursos, especialmente de ingenio. Por supuesto que tener un par de bebés limita las posibilidades de salir de copas improvisadamente. Pero se pueden hacer muchas cosas de las que tenemos por costumbre.

Por ejemplo, se puede salir a cenar sin mayores problemas, siempre que se elija un sitio razonablemente tranquilo y espacioso. Mi restaurante japonés favorito, por ejemplo, ha visto dormirse a mi bollote mayor, Jorge, en su hamaquita, casi tantas veces como he pedido mi sushi favorito. La semana anterior a la de escribir este artículo, mis dos bebuchotes conocieron un restaurante mexicano que hay en la calle Enrique Granados de Pozuelo. ¿Se puede tener una cena tranquila? Bueno, relativamente. ¿Merece la pena? Claramente.

Esta mañana, hemos ido a Cuatro Vientos, a ver los aviones de la FIO. Papá, como un solo hombre, con dos bebés. ¿Igual que ir solo? Bueno, no. ¿Disfrutable igualmente? Sin duda.

Podría seguir poniendo ejemplos hasta que se agotara la batería del iPad. En resumen, el tener nenes no lo convierte a uno (perdón, a una) de repente en una señora malhumorada, mal pintada y gritona. No. Cada uno es el tipo de padre que elige ser, y puede hacer una vida de lo más conciliada, como está de moda decir ahora. Y se podía antes de que se pusiera de moda la palabra, y se podrá cuando deje de estarlo. Solo hay que usar el ingenio, el sentido común y tener una idea clara de lo que se quiere.

Qué decir de lo satisfactorio que resulta enseñar a los peque cosas y ver cómo las van aprendiendo: Palabras, juegos, comportamientos… Son la consola de juegos definitiva, el lienzo infinito con ideas propias, un planeta entero por esculpir. La tarea es tan apasionante que mucha gente se dedica a ella profesionalmente.

Así pues, deja, querida, que tus genes y tu reloj biológico campen por sus respetos. Elige bien a tu pareja y, si más adelante encuentras que no estaba tan bien elegida, no te preocupes: Siempre hay un cosido para un roto. Solo tienes que tener claro tu proyecto de familia y trabajar por él.

 

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